Amar El Western*

UNO

Amo el crepúsculo. Amo los grandes espacios. Amo las siluetas de jinetes solitarios cabalgando hacia un horizonte infinito, bajo cielos majestuosos poblados por nubes pintadas de un solo trazo por la mano de Dios. Amo el polvo del camino que levanta el trote de los caballos antes de esfumarse en el aire. Amo a los hombres que beben a la luz de la luna y a los vaqueros que mascan tabaco y toman café mientras comparten sus sueños siempre aplazados alrededor de una hoguera. Me fascinan los hombres que se guían por la estrellas y la posición del sol, que se enfrentan solos (o en compañía) a la Naturaleza sin tener del todo claro cómo llegar a su destino, sin tan siquiera saber cuál es su meta ni si llegaran a ella, sin saber si su fin está cerca, tal vez más allá de esas montañas. Amo a los solitarios que crearon una civilización sin perder de vista su instinto primitivo, que es el que les mantuvo vivos hasta lograr morir como leyendas. Amo a los forasteros, esos individuos a los que se mira con curiosidad o recelo. Amo a los hombres nobles que se enfrentan cara a cara con sus rivales mientras los cobardes y los traidores amenazan sus espaldas sin que eso parezca importarles. Amo la serenidad y los reflejos del que se ha acostumbrado a enfrentarse a diario con la muerte. Amo los tipos duros, siempre tan atormentados y vulnerables. Amo a las mujeres con carácter que los aman enfrentándose a ellos. Amo a los héroes, sobre todo si están cansados. Siempre me ha gustado tener héroes. Y siempre he necesitado villanos a los que enfrentarlos. Digan lo que digan, hay que saber distinguir el Bien del Mal, ¡qué demonios! Sigue leyendo

Los Claroscuros Del Alma (Parte 1)*

El elevado número de relativistas morales que conozco parece empeñado en poner mi paciencia a prueba cuando me machaca los oídos repitiendo una y otra vez que en la vida no existen ni el blanco ni el negro y que sólo hay una infinita gama de grises. Pero los verdaderos sabios saben que el Bien y el Mal están ahí y que los grises son, en realidad, los claroscuros del alma. Como Jacques Tourneur era un artista grande y sabio, nos lo demostró con creces sirviéndose, con la ayuda del majestuoso director de fotografía Nicholas Musuraca, de un místico y excelso Blanco y Negro que hoy ha desaparecido de nuestras pantallas porque prácticamente nadie sabe ya utilizarlo. Sigue leyendo

Dorado Y Barroco

twilightzonemovie39Allen Daviau conoció a Steven Spielberg en su juventud, se hicieron amigos y juntos rodaron los primeros cortos del pequeño aprendiz de genio, entre ellos el mítico Amblin (1968). A pesar de su posterior y demoledor triunfo, Steven no volvió a contar con Allen hasta muchos años más tarde. Es significativo que lo hiciese para que iluminara las que se consideran las películas más íntimas e intimistas del maestro. Sigue leyendo

Un Par De Aclaraciones

A raíz de mi entusiasmo confeso por Érase una vez en Hollywood de Tarantino y mi doliente desprecio por Domino de De Palma, un ilustre analista cinematográfico me hace llegar una serie de amables comentarios que a mi juicio nacen de un equívoco evidente. Voy a intentar aclarar unos malentendidos que no tendrían mayor importancia de no ser yo tan quisquilloso ante el hecho de que detesto tener la impresión de que o bien no se entiende lo que digo o se interpreta maliciosamente para transformarlo en algo diferente o incluso contrario a lo que he dicho. Es algo que siempre me ha molestado mucho porque, al margen de si lo consigo o no, siempre me he desvivido por hablar claro, precisamente para evitar semejantes malentendidos. Sigue leyendo